Sus diálogos son volátiles. El control de la conversación está bajo su dominio como está mi atención, poco tiempo. Un diálogo típico es algo así:
- ...En realidad es como una lasagna -Dijo Johnny, simulando tiempo real-. Son varias las cosas que agrupa esta palabra. No es más que una palabra. Como lo dice el islámico que espera el tren y habla un inglés claro y feo en alguna Matrix. Como lo dice, en "El juego" el pibe ese, Antonio... -Refiriéndose a Birabent-
- La escuché y no me la has interrumpido aún. ¿La agrego a la lista?.
- O sea, (dale, agregala) los hombres necesitamos ponerle un nombre a las cosas para poder abstraerlas. Tiene queso, masa, carne, masa y así. Pero en sí, es una lasagna. (La segunda de Morir y Matar) Entonces uno prueba todo junto y decide si vale la pena -No es la primera vez que pone esa cara, todavía no logro decodificarsela-...
- Estás haciendo una biblia de algo tan simple como una comida, y ya me estás dando hambre. Es este tema, ¿no?
Asiente con la cabeza y continúa - En la confusión, no distinguimos cada sabor por separado. Pero sabemos que hay algo que le da ese gustito.
- Como un caldito Knorr...
- Casi, pero no es un sólo gusto. Tienen que ser varios juntos, sin empalagar...
- Si, claro... Que sean varios juntos termina siendo ninguno!
- Bueno, ahí tenés... termina siendo ninguno. Termina y ese es el lado bueno. - Al decir esto puso cara de algo que antes había visto, quiere que le pregunte porqué, creo. Lo haría, excepto por una cosa, es momento de tratar de molestarlo...
- ¿Helado? ¿Y tu lasagna? ¿Y mi caldito?
- No sé, pero me dieron hambre - Se desquitó con Birabent y Calamaro cantando "Contigo" demuestra que el todo no es lo mismo que la suma de las partes. -Un amor civilizado- me dice -conozco gente que creería que es una ironía-
- A mi no me mirés, yo quiero un turno con Doctor Saturno, algo raro en mi plato - Supongo que si no le doy de comer, esta cerveza le dará hambre. No dejamos que "Dr. Saturno" termine por culpa de Johnny y de "Casualidad". La cerveza no nos duró mucho rato más. Cuando despedí a Johnny, nos dimos cuenta que además de llover en el tema de The Beatles, pasando la puerta de entrada también llovía. Luego, supe que en mi cama, el insomnio no me esperaba.
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