Me resultó terriblemente interesante: verte y no sentirme interesado. Al principio me asustó haberte encontrado una cura. Solía gustarme mi mar y tus tormentas. Ahora que tus tormentas no salpican, ¿dónde está mi mar?. Puto desierto, tan grande y ni espejismos que entretengan. Me dieron ganas de contartelo todo, pero te lo debo haber contado entre sueños porque esas ganas se me fueron.
Luego, una extraña sensación. Algo así como lástima. Porque si esta vez estabas haciendo las cosas bien y yo...
Un día me dije que si es verdad que las personas no elegimos, iba a ser fácil mantenerme seco bajo tus tormentas. Así fue. ¿Como se le hace una salida a un desierto? Nunca pude. Lo único que pude hacer siempre fue mostrar un desierto mojado. Cuando venías lo inundabas todo. Sé que no puedo mostrarle un desierto un poco húmedo a alguien que lo inundaba todo. No voy a hacer que eso pase.
Todo muy raro, pero vinieron unos punks con sus canciones, que para seguir con la alegoría vendrían a ser como las ranas cuando cantan antes de la lluvia...
No hay comentarios:
Publicar un comentario